lunes, 23 de febrero de 2009


"Al día siguiente, cuando se despertó, Geppetto no daba crédito a sus ojos. Pinocho se movía, caminaba, se reía y hablaba como un niño de verdad, para alegría del viejo carpintero. Feliz y muy satisfecho, Geppeto mandó a Pinocho a la escuela. Quería que fuese un niño muy listo y que aprendiera muchas cosas. Le acompañó su amigo Pepito Grillo, el consejero que le había dado el hada buena. "

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial, me encanta!!! Vas a seguir con esta serie? El gato...sin comentarios, ji,ji...

Anónimo dijo...

me encanta la textura qe pones en esta historia