sábado, 15 de mayo de 2010



...cinco minutos más tarde, Ricardito llevaba su elefante, como si tal cosa, sujeto por una gruesa soga, mientras cruzaba la Avenida SAnta Fe. Algunos se daban la vuelta para mirarlo, otros sencillamente lo ignoraban creyendo que debían aumentar las sesiones de terapia o que habían bebido demasiado la noche anterior...

No hay comentarios: