miércoles, 19 de mayo de 2010


El cuarto día Rumbo se sintió mejor y Ricardito lo llevó a dar un paseo. En el camino el elefante se puso a jugar con otras mascotas que llevaba un paseador y que se divertían persiguiéndose. Rumbo los persiguió, con tanta mala suerte que los alcanzó. Dos pequineses terminaron como felpudos, conectados a un tubo de oxígeno para re-inflarlos, y un salchicha perdió la cola debajo de la pata de Rumbo.

1 comentario:

Marián Lario dijo...

Un estilo fascinante!

http://elgatoazulprusia.blogspot.com/
La ilustración infantil contada paso a paso